viernes, 24 de diciembre de 2010

La navidad ya está aqui

Es ésta una época para disfrutar, para observar las cosas con mirada de niño y recuperar la inocencia perdida, porque sin duda la Navidad es el tiempo de los más pequeños de la casa.
Estos días son buenos para reencontrarse con amigos que hace tiempo no vemos; visitar el Belén de la Catedral (que es maravilloso) o cualquier otro; pasear por el centro histórico y contemplar la bonita decoración; cantar villancicos; subir a los Montes de Málaga a respirar oxígeno puro. Son días para la nostalgia y la melancolía, echaremos de menos a los que ya no están, es inevitable, y recibiremos a los que vuelven a casa por Navidad ("vuelve... a casa vuelve... por Navidad") como decía el famoso anuncio de la tele; una época para reir, pero también para llorar. ¿Cuándo fue la última vez que lloramos? Yo hace cinco días y me sentí nuevo tras las lágrimas derramadas. Unos días para volver a ver "¡Qué bello es vivir!" o esa película que nos gusta tanto y nos recuerda que estamos vivos, que nos emociona y nos hace revivir algo especial.
Estoy cansado de que la negatividad filtre la visión de estos días y aflore constantemente la personalidad de Mr. Scrooge.
Démosle una nueva oportunidad a la Navidad. Disfrutemos con la familia, con los sobrinos, con los hijos y olvidemos por unos días este mundo de los adultos.

4 comentarios:

  1. Me encanto leer tu entrada, por alguna razon hay gente empeñada en ver lo negativo, cuando como tu bien dices es una oportunidad para disfrutar, para volver a ser niño y para tener contacto humano (que es lo que mas me gusta) en toda la amplia extension de la palabra.
    Saludos y que tengas una feliz navidad.

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  2. Gracias Elena. Me alegro que aun haya gente que entienda el verdadero espíritu de la Navidad. A mi el contacto humano me da la vida.
    Besos.

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  3. Leyendo esas hirientes letras verdes pensé si me había equivocado y en vez de estar en el blog de Totó (una tilde a tiempo, cuánto bien hace por la decencia) llegué a creer que estaba en la antesala de alguna fábrica de azúcar subvencionada por “la Junta”. Qué falta de realismo, qué visión tan simplista. El blogmaster —al que yo aprecio más que él a mí— está a punto de quedarse como el protagonista de “El tambor de hojalata” (Günter Grass): varado en el pretérito. Quizás no ve a los mendigos envueltos en cartones que pueblan por la noche las calles de esta ciudad agria, improductiva y sin nervio cultural que es Málaga, villa donde se tira por la borda su habla por parecerse a “Madriz”. Villa donde se adoran ídolos de palo cubiertos de potencias y adornos áureos mientras le gente pasa necesidad. Villa que mantiene una feria pueblerina y cutre a pesar de ser asesinado a tiros en sus calles un concejal poco tiempo antes del evento, para mayor gloria de esa nulidad que es Antonio Banderas y su eximia esposa, y toda la cohorte que los acompañó al balcón del ayuntamiento cuando todavía estaba caliente el cadáver del concejal. Málaga, ciudad que dilapida dinero en pos de unos herederos de un tal Pablo Ruiz, pintor mediocre y mediocre comunista que, además, le levantaba la mano a las mujeres… ¿Navidad? Sí claro, para el que se gastó delante mía en el Supermercado Gourmet de El Corte Inglés NOVENTA Y NUEVE EUROS en una botella de vino. Navidad, ay, cuanto cuento. A pesar de todo, un beso.

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  4. En tus palabras solo veo amargura y negatividad! Lástima que solo veas lo negro de la vida. Yo me quedo con lo positivo de la Navidad, que no significa que no vea otras cosas más allá.

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