Elena Anaya, premio Málaga de esta edición del 15º Festival de Málaga, nos regalo el lunes un Encuentro con el Público delicioso. En una conversacion pausada y tranquila en el Museo Picasso, nos contó que a los 18 años dejó Palencia para empezar su camino en una profesión insegura y a menudo al borde del precipicio. Justo 18 años lleva de carrera, esta maravillosa actriz, de mirada penetrante, voz sensual, belleza inconmesurable y gran talento, para elegir sus personajes. Su familia lo entendió bien y la apoyaron. Sus hermanos mayores estudiaban fuera. Su madre la acompañó para buscar piso en Madrid y encontró uno para compartir con dos chicos franceses muy educados y simpáticos. Recordó su infancia en Palencia con mucha libertad, fantasia y un punto salvaje. Cuando veraneaba en Cádiz tuvo la oportunidad de hacer un seminario sobre interpretación de diez días que impartío Manuel Morón y que le cambió la vida. Cuando apareció la oportunidad de hacer su primera película, África, de Alfonso Hungría, la encargada del casting le dijo "Miente", ya que el personaje tenía 15 años, comentó una divertida Anaya imitando el acento extranjero de Katrina Bayonas, su representante desde entonces. "Parece que tienes 12", le decía Bayonas antes de hacer la prueba. En su primer rodaje aprendió cosas nuevas como el Racord, palabra que le sonaba a detergente. Hungría le exigía que debía poner la misma postura en cada una de las tomas, y que si lloraba en una línea, debía hacerlo siempre en la misma línea, para no romper la continuidad. Aprendio a marchas forzadas en su primer papel. Cuando regresó a Palencia tras hacer la prueba de África, Elena rememoró que su madre fue a recibirla a la estación con una tarta de moras.
Fue poco despues, cuando estudiaba en la Resad, cuando la cogieron para Familia y uno
de sus profesores le dijo que era incompatible rodar y estudiar en la
escuela, por lo que se vió obligada a dejar los estudios. Recordó que Juan Luis Galiardo gritaba mucho, igual que su personaje en la película. Hubo un momento en la charla para recordar a su compañera malagueña de reparto, Amparo Muñoz, de la que comentó "su belleza humana superaba a su belleza exterior". Luego vendría Juan Carlos Coraza y años y años de formación continuada.
Cuando le ofrecieron Van Helsin, no le apetecía nada hacer una película de vampiros, pero Bayonas la convenció. En Los Ángeles le dijeron que tenía que ir a casa de Antonio Banderas, que hacía unas paellas riquísimas, pero nunca llegaron a coincidir. No fue hasta La Piel que habito, cuando tuvo la oportunidad de conocer a nuestro malagueño más ilustre, gran defensor de sus orígenes. Dice que el dia que se conocieron, no tardaron ni medio minuto en conectar y en convertirse en almas gemelas. Elena se siente una privilegidada, se puede permitir vivir otras vidas, habitar otras pieles.
Cuando acepta un nuevo proyecto es como lanzarse a una piscina, puede estar llena o vacía.
A mi pregunta sobre si rodaría un cortometraje en este momento de su carrera, respondío que tenía muchas ganas de algo así. Elena lleva año y medio leyendo guiones pero ninguno le gusta lo suficiente. No ha vuelto a rodar desde La piel que habito. Veremos si la historia de 3 noches atrapa su interés y tengo el privilegio y la enorme suerte de rodar con esta magnífica actriz mi próximo cortometraje.
Ojalá Jaime!!!!!!!!!! Besos, Blanca.
ResponderEliminar