Cuando me dispuse a ver esta película, iba sin expectativas. Desconocía que el paso de Las niñas por la Berlinale había recogido muy buenas críticas y era una de las cintas más esperadas de esta edición. Igual que pasó en otras ediciones con cintas que triunfaron primero en Berlín y luego en Málaga como Las distancias o Verano 1993.
Al terminar la proyección me dejó un poco indiferente. Me pareció una historia un poco descafeinada sobre un grupo de niñas en los años 90 en un colegio de Monjas. En el cine hemos visto a menudo que las profesoras de los colegios religiosos suelen ser las malas de la película, aqui no.
El estilo naturalista de la película, debú en el largo de Pilar Palomero, a veces se semeja a un documental, y tal vez por eso me impidió conectar con Andrea Fandos, la protagonista, que me pareció muy paradita, pero claro, porque su personaje es así, el resto del actrices, compañeras de clase de Andrea sí que me gustó bastante. Las paradojas de los castings. La madre de la chica, es la laureada Natalia de Molina, en un papel secundario para poco lucimiento, aunque está correcta. El guión me parece flojito. La música de Heroes del Silencio y OBK animaron un poco la proyección que me resultó plomiza.
Tal vez deba darle una segunda oportunidad. Veremos.
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