Hoy he podido ver un documental impresionante, de esos que se quedarán en mi memoria, atesorando un recuerdo de haber visto un gran trabajo, valioso por su contenido, por su poderosa protagonista y la historia que cuenta, la de la Primera Dama de color de los Estados Unidos de América y su vida narrada en primera persona en una autobiografía publicada en 2018, con un éxito editorial sin parangón, y adaptada en forma de documental en el que se hace un panegírico de su vida y el recorrido que hizo por 34 ciudades presentando su libro BECOMING, disponible en Netflix.
Me gustaría destacar una serie de puntos de este documental sobre una de las mujeres más populares y admiradas de nuestro tiempo.
Princeton no era para ella; una profesora le dijo que Michelle no era suficientemente buena para ir a esa prestigiosa universidad, pero ella pensaba que sí, y decidió ir, y fue, y logró ser una estudiante brillante que sacaba dieces, que se graduó Cum Laude y dejaba impresionados a sus profesores. Cuando uno sabe todo esto la figura de Michelle se crece y mi admiración hacia ella no hace sino aumentar. Como anécdota, añadir que su hermano mayor se había graduado en Princeton unos años antes.
Su marido también merece su apartado en el documental, es patente su complicidad y buena relación, Barack, uno de los presidentes más carismáticos y queridos desde Kennedy aparece en una de las presentaciones del libro, como invitado estelar, pero aquí la protagonista en todo momento es Michelle.
Cuando tuvieron a su primera hija, Michelle experimentó en carne propia las desigualdades entre padres y madres, como cuando Barack podía ir al gimnasio, mientras ella debía quedarse cuidando a su bebé. Hechos normales y cotidianos, que la mamá cuide del bebe mientras el papá va a entrenar. Y sus análisis vitales de ahora, años después, son una declaración de principios, que piden, que exigen esa igualdad que nunca llega.
Cuando hicieron campaña para las elecciones presidenciales de 2008, que acabaron ganando, algunos periodistas fueron demasiado críticos con sus discursos y su estilo con frases como “tiene aires de activista afroamericana con ropa de diseñador”. Y a ella no le quedó otra que moderar su lenguaje y usar un vocabulario menos claro, dejar de ser espontanea para tener que seguir un guión, sintió que era vulnerable y aquello fue muy duro para ella, esas críticas le produjeron dolor y sufrimiento. Michelle fue consciente de que sus palabras y gestos empezaban a ser analizados al milímetro y al llegar al poder, ya nada iba a ser como antes.
También somos testigos de la relación con su madre y con su hermano mayor. Los fotogramas de la visita a la casa de sus padres están llenos de sencillez, y percibes la vida corriente que llevaron como una familia de clase media con dos hijos. De su padre, un hombre carismático como ella, recuerda que padeció esclerosis múltiple y admite que nunca ha llegado a superar su ausencia, al igual que muchos que hemos perdido a nuestros padres, y aún nos duele la pérdida. Hay un plano de la butaca de su padre vacía mientras suena su adorada música de jazz que resulta muy evocador y emotivo.
La relación con su guardaespaldas, después de 12 años de trabajo conjunto. Es admirable la relación que Michelle logra tener con la gente con la que trabaja desde una sencillez maravillosa, con su carisma y su sensibilidad. Son sus pequeños gestos, los que me emocionan y conmueven, en frases llenas de cariño y complicidad hacia el personal que ha cuidado de la primera dama durante 8 años
La relación con su maquillador o su estilista también añade detalles que enriquecen este apasionante documental que poco a poco te va enganchando en su certero retrato de esta fascinante mujer cuya fuerza ha atrapado a millones de ciudadanos no solo de Estados Unidos, sino del mundo entero.
Me ha impresionado ver los estadios o auditorios donde Michelle presenta su libro, primero vacíos, luego repletos hasta la bandera, de gente ansiosa por escuchar a su admirada y querida ex primera dama.
También me ha gustado la devoción que demuestran los estudiantes ante las charlas que Michelle ofreció en sus institutos y para las que solo unos pocos fueron los elegidos. Hay dos testimonios muy interesantes en el documental sobre la figura de dos chicas y sus vidas en relación a sus estudios y/o familias.
Por ultimo, la moda que la señora Obama ha vestido durante todos estos años ha tenido una gran influencia en millones de mujeres y su estilismo es la parte más visible de esta gran dama, que si ya me gustaba antes de ver este BECOMING, ahora ya quedo absolutamente rendido ante sus innumerables atributos, inteligencia, elegancia y clase.
Acabando de escribir la crítica, soy consciente de la impresionante repercusión mediática que la figura de Michelle Obama ha tenido y sigue teniendo en la prensa y su activismo desde la Fundación que crearon marido y mujer en 2017 continuará su recorrido sembrando semillas para crear un mundo más justo y donde sus ciudadanos seamos cada vez un poco más civilizados y más conscientes del planeta en el que vivimos.
Michelle for president!!