Montse (Emma Vilarasau) está muy emocionada porque está a punto de pasar un fin de semana con toda la familia en su casa de Cadaqués. Divorciada desde hace años, sus hijos han crecido y llevan años haciendo su vida sin hacerle ningún caso. Su ex se echó una nueva pareja. Pero a Montse nada ni nadie conseguirá fastidiarle sus planes. Hace demasiado tiempo que espera este momento.
Casa en llamas habla de la soledad de una madre que se ha consagrado a sus hijos pero a los que ya no ve. Esta premisa le sirve al director como vehículo para hablar de la pareja, de la infidelidad, de las relaciones paterno filiales y de las dificultades que ello conlleva. Enric Auquer, que siempre me convence, tiene un punto entre tierno e inocente que me conquista. En cambio a Macarena Garcia le veo siempre un gesto como apunto de reírse. Es como una sonrisa que aparece en muchos momentos inoportunos, que no encaja ni pega. Y se repite papel tras papel que veo suyo. Emma Vilarasau interpreta a la madre y está fantástica. Menudo descubrimiento. Habrá que seguirle la pista. Y Alberto San Juan que hace de su ex y padre de los hijos, ha ido ganando con el tiempo y cada día me gusta más. Su nueva pareja, interpretada por Clara Segura añade enteros a un reparto bien elegido. Casa en llamas, que tiene varias escenas que te hielan la sangre, ofrece buenos y chispeantes diálogos, algunos giros sorprendentes y un final de esos para comentar en un cineforum con un rioja alrededor de una cenita en buena compañía.
Nota 7 de 10.
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