sábado, 18 de diciembre de 2010

Retorno a Hansala, de Chuz Gutiérrez

Ayer en el ciclo Encuentros con Directores de Cine, que se celebra mensualmente en Málaga, pudimos ver la necesaria y estupenda cinta Retorno a Hansala (2008) una historia sobre la muerte de once inmigrantes marroquíes en las playas de Algeciras y la repatriación que hace de uno de los cadáveres, el hombre que trabaja en la funeraria encargada de tales asuntos.

Todo se inicia con un brutal y sobrecogedor plano subjetivo de los africanos hundiéndose y ahogándose a pocos metros de la orilla de la supuesta salvación. La secuencia inicial dura lo suficiente para dar tiempo al espectador a ponerse en la piel de aquellos marroquies que no saben nadar y en sus terribles muertes.
En el lugar de los hechos, Martin, el protagonista masculino, interpretado por un soberbio Jose Luis García Pérez, el dueño con pocos escrúpulos de la funeraria, se encuentra un número de móvil en uno de los cuerpos sin vida que será el nexo de unión con un familiar y clave para la repatriación del cadáver de Farid a su aldea natal, Hansala.

Leila, la hermana de Farid, interpretada magistralmente por Farah Hamed, lleva años viviendo en Algeciras, con sus papeles en regla y había ayudado a su hermano pequeño a pagar los gastos del viaje en patera por lo que se siente tremendamente culpable de lo sucedido.

Martin lleva mucho tiempo en crisis con su mujer (Cuca Escribano) y el viaje a Hansala parece suponer una válvula de escape de un matrimonio que hace aguas.

El viaje se inicia desde Algeciras en un barco que cruzará el atlántico y los situará en el inicio de un pedregoso camino por carretera hacia la aldea donde la familia de Leila espera impaciente el cuerpo de su hijo para darle sepultura.

La historia tiene todos los ingredientes para atrapar la atención del espectador y mantenerlo agarrado a su asiento hasta los créditos finales. Un guión bien elaborado, un montaje con ritmo que no decae y una fotografía muy acertada, retratan la difícil vida de unos personajes, cuya única salida para un futuro mejor para sus miembros más jóvenes, parece, solo parece un viaje en patera hacia una muerte más que probable.

Una dura película que hace tambalear los cimientos de esta sociedad occidental que se mantiene sobre un materialismo atroz y en la que las personas han dejado de ayudarse unas a otras, como lo hacen éstas de Hansala. Una historia valiente y necesaria en estos tiempos de inmigración, de crisis económica y de anhelos de un tiempo más próspero.




No hay comentarios:

Publicar un comentario