viernes, 31 de enero de 2025

Babygirl, de Halina Rejin

Son las 21.45 de la noche del viernes 31 de enero y tras regresar del trabajo y habiendo engullido un buen trozo de una rica empanada casera de atún, voy a ofreceros la última crítica de este prolífico mes de enero de 2025. Leí que Babygirl, lo nuevo de Nicole Kidman prometía escenas tórridas y una relación inédita en el cine. Mentira. Siento deciros que no es así. Es una cinta bastante convencional. Los momentos eróticos sugieren más que enseñan, cosa que no está mal. 

Nicole Kidman es Romy, una directiva de una empresa tecnológica, muy segura de si misma que ve tambalearse el suelo que pisa, cuando conoce a uno de los jóvenes becarios que entran a hacer unas prácticas en su empresa y por el que se siente inmediatamente atraida. 

Kidman se desnuda con valentía y se muestra vulnerable. Todo el mundo dice que está poco expresiva, pero la  veo igual que siempre, tiene su punto, la verdad. Pero hay que ver la película en versión original. Verla doblada sería un sacrilegio. El protagonista masculino, Harris Dickinson (visto fugazmente en el inicio de la estupenda El triángulo de la tristeza 2022) y al que descubrí en su interesante debú Beach Rats (2017), está maravilloso y es sin duda lo mejor de la película. Ofrece un personaje fresco y doblemente atractivo, bien construido y que maneja al personaje de Romy a su antojo durante casi todo el metraje, salvo cuando se tornan los papeles y hasta ahí puedo leer.... como decía nuestra querida Mayra

Eso es lo único que me interesó de Babygirl.  La propuesta que nos venden en el tráiler y en los reportajes, aparentemente "salvaje" no lo es y me temo que más de uno se sentirá un poco estafado. Mucho gemido y jadeo de la Kidman, que bastante insatisfecha con su marido interpretado por un anodino Antonio Banderas en un papel secundario muy poco lucido, busca en el porno el placer onanista. A destacar varias escenas; UNO, por supuesto, la bella escena del baile sensual ante Romy envuelta en un albornoz blanco de Harris con el torso desnudo al son de la canción de George Michael, Father Figure. DOS, la discusión dentro del coche. TRES, la posterior al baile sensual, en la cama, derrochando ternura, algo que me sorprendió gratamente, la verdad. Y CUATRO, la de la discoteca con música electrónica, muy envolvente. Y a destacar un diálogo cuando ella le dice "eres mucho mas joven, no quiero hacerte daño", a lo que él le replica "creo que soy yo el que tiene el poder, podría hacer una llamada y lo perderías todo. Te pone todo esto?". 

Sin duda estamos ante un valor en alza de la interpretación actual y estoy seguro que Dickinson nos ofrecerá nuevas joyitas en su carrera cinematográfica. La música es del compositor Cristobal Tapia de Veer que ya nos regaló hace unos años la maravillosa intro de The white lotus, una serie que me fascinó y cuya crítica podéis leer aqui

Nunca suelo destripar las historias y aquí tampoco voy a hacerlo, pero el desenlace no me hace sino quitarle puntos a un 5 raspao que le doy a una historia que podría haber dado mucho más de si, teniendo detrás a una mujer directora que podría haber ofrecido una mirada innovadora sobre el deseo femenino y el empoderamiento de la mujer.  


1 comentario:

  1. Dices: prometía escenas tórridas y una relación inédita en el cine. Mentira. Siento deciros que no es así. Es una cinta bastante convencional.
    Completamente de acuerdo. Pablo.

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