The brutalist (2024) estrenada el pasado 24 de enero, nos ofrece una historia épica sobre, Laszlo Toth (Adrian Brody), un arquitecto húngaro judío que emigra a los Estados Unidos huyendo de la Europa de la postguerra y de los Nazis, para reconstruir su vida y su matrimonio con su esposa Erzsébet (Felicity Jones), tras verse obligados a separarse por la guerra. Allí se reúne con su primo en una pequeña ciudad de Pensilvania donde empieza a trabajar en una tienda de muebles. Trabajando para su primo (Alessandro Nivola), conocerá al adinerado magnate Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce) que le propondrá construir un gran edificio para él. Laszlo es un arquitecto brutalista (de ahí el título) formado en las escuelas europeas y en la Bauhaus.
La historia, cuyo guion fue escrito por el propio Corbet y su mujer Mona Fastvold, se divide en dos partes muy distintas y bien diferenciadas, más una obertura y un epílogo y la proyección incluye un intermedio de 15 minutos entre ambas partes.
La primera parte, que nos cuenta las dificultades a las que se enfrenta nuestro protagonista en la adaptación a su nueva vida, se inicia justo cuando Laszlo Tot abandona su Hungría natal y llega en barco a Ellis Island con un muy comentado plano de la estatua de la libertad 🗽 invertida, imagen del cartel de la película y que ya forma parte de la historia del cine. La primera mitad del filme avanza con fluidez y una narrativa absorbente hacía la hora y cuarenta cuando tiene lugar el descanso antes mencionado. Luego el resto del metraje, que se inicia con la llegada de Erzsébet a los Estados Unidos, para mi gusto, es menos interesante y más irregular.
Adrian Brody está sublime en su personaje con una meritoria evolución, muy expresivo tanto para las alegrías como para las penas. Hay una escena con un llanto desgarrador al inicio de la película en el que se me hizo un nudo en la garganta. Por otro lado, me costó conectar con el antipático personaje de Erzsébet, su esposa, desde su aparición al inicio de la segunda parte.
Cabe destacar la preciosa banda sonora del compositor británico Daniel Blumberg. La música minimalista y sencilla de Blumberg (de tan solo 35 años), que me recordó un poco a la de Los puentes de Madison, acompaña y enriquece a la historia en multitud de secuencias. También a destacar la increíble fotografía de Lol Crawley con algunos planos de enorme belleza de la arquitectura neoyorquina.
En cuanto a los Oscar, que se entregan el próximo 2 de marzo, The brutalist tiene nada menos que 10 nominaciones a los premios y parece la favorita tanto para el actor principal- Brody- como para mejor director - Corbet-.
En resumen, me ha gustado mucho más la primera parte que la segunda. La segunda tiene ciertos, vamos a llamarlos defectos, en su desarrollo que me hacen bajarle la nota considerablemente. Le daría un 8 a la primera y un 4 a la segunda, pero en conjunto:
6 de 10.
Muy bien Jaime.
ResponderEliminarSintética y clara.
Hay bastantes datos y buena documentación.
Te la has currado en estos dos días!!!
Javi.
Ya me preparo para que no me encante la peli. Eres tan convincente que leer una crítica es casi hacer spoiler de la propia opinión del lector que aún no ha visto la pelicula.
ResponderEliminarPepa.